Muro silencioso y gris,
Cautiva suicida de estaciones;
¿Quién sacudió tu horizonte,
Quién desdibujo en ti la sinfonía de tu alma,
Escupitando con saña tu ingenua pisada?
No te ahogues y agonices en el silencio
Escucha el eco de tu palpitar
Vacía tus risas y el brillo de tus ojos
En los caminos que ahí están.
Renuncia al ayer que deslucido fue
Abre tus ojos a un nuevo puerto
A la nube blanca que es un verso
Fluye con los tropiezos de tus instintos
Firma un nuevo gemido en tu sosiego.
Quiero ver tu rostro sereno agolpado por brisas
Acunarte a la primera, surcarte sin prisa
No suprimas el soplo de mis palabras
Que son amasijos de energías,
Cierra los ojos y desemboca sobre esta tierra
Apadrina con tu llanto que es semilla
Aliviana el recuerdo de sombras pasadas.
Gozas de mi hombro y mis manos amiga
De mis metáforas manuscritas
Toma mi nutrida voluntad que ampara
Refrescate en mí, como yo lo hice en ti.
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