18 mayo, 2009

Ella

Nadie ha besado mi alma como maya,
Ella la paciente y sol naciente de mis sigilos
Salpica con ternura mi soplo alicaído
Arrasa con la sombra fatigosa del tiempo
Cobija mis sueños en senderos de blancos prados.

Nadie me meció y aquietó en su voz afable
Abrió mis ojos a los mares calmos
Iluminó con luciérnagas mis caminos pedregosos
Dibujó su arco iris en mi piel con sus sueños.

Maya danza como un viento seductor
Corea los respiros del universo en nuestros tiempos
Trina con la inocencia de un ave en primavera
Ella murmura en mis oídos sus inclinaciones
Despertando en mí el temblor como en la inocencia.

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