¡Ay Dios, exclamo!,
Temerosamente escribo para ti,
Encajonada en mis palabras,
Ansiando oigas mí voz,
Preciso tu mirada.
Descúbreme en tu generosidad
Tú sabes como punza
Perfilar esta gráfica tempesteada.
He aquí cómo la noche
Me inyecta en tu éter,
Quebrajando mis secretos
Internándome en tu estrella.
Cierro los ojos Ante la danza de tu llegada,
El tiempo es indulgente conmigo,
Fluye el llanto cautivo, Son lamentaciones hormigueando
Mis delgados pétalos marchitados.
¡Ay Dios mío, nuevamente exclamo!!
Abrígame en esta noche sin luna,
Acúname en tu magnificencia,
Mi sangre y carne incomprende mi beso,
Rumorea mi naturaleza profana.
¡Ay Dios mío! Tengo la tristeza prohibida
Tupida de espinas sociales,
Dale paz a mi naturaleza,
Desata mi pecho en lo divino.
Permíteme charlar en tu arroyo,
Evaporar mis inquietudes sanas
Dormirme y despertar alfombrada
En las estaciones de tu mañana.
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