08 junio, 2009

Aflicción roerá esta noche mi sueño afónico,
Diezma el gemido fijo, atraviesa mi voluntad,
Sepulta mi retozo tras muros percanes, húmedos,
Saborea el dolor que resulta de mis ojos.
No sé cómo ablandar, amortiguar la mandíbula,
Borrar la tristeza que deambula como la muerte,
Es un lecho alambrado donde yace mi cuerpo alicaído,
Un instante y la vida me pende de un hilo,
Una brecha donde el infierno pretende ser mi dueño.
Esta mujer que soy no disimula sus cenizas,
Aborrece ese grito que se estrella en sus dientes,
Se viste de recuerdos y llora su existencia,
Va y viene en esas noches lluviosas que se asoman,
Muerde su abandono, escucha su pena.

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