13 agosto, 2009

Ecos que trapasan


Las historias más tarde se arman,


Ceden para grabarse sin los silencios,


Ya no duermen entre el polvo del antaño


Temblorosas como melodía oculta, inconclusa.


La historia abraza sin olvido al hombre


Se arma cuan enigma en cuatro paredes,


Entre los crujidos de dedos nerviosos,


Se desentraña, se piensa y manipula,


Su fin es someter al servil en una mentira.


Bajo cuantas mascaras desnudaron a tantos,


Torcidamente abrieron el aliento de bocas moribundas


Mordieron y cegaron las miradas entre los espantos


ensombreciendo sus ideales con siembras de terror,


Acallaron cimientes los hombres viles,


Si imaginar que el viento traería de nuevo


El eco ensordecedor de tumbas anónimas ,


Aún lloran los ángeles bajo capas de dolores


Denuncian al que enmudeció con su bala


La cultura, la paz y el perdón.

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