14 abril, 2010

SILENCIO

Silencio, silencio que hoy la noche de adueña de la poeta,
Camina al umbral de la muerte, al exilio desconocido,
Silencio, Silencio que el dolor, el recuerdo le carcome el sueño,
Sus respiro es un huerto desgarrado por el viento infernal.
Silencio, dejemos que ella se relea en la soledad,
Aúlle su queja a la inmensidad de espírtus que la abrazan,
Silencio, silencio que pasa su perdido eco esta noche,
Se redime, se supone que se redime entre su lloroso grito.
Silencio, que hay una estrella alumbrando su existencia,
Ella no sabe que su desolación acerca a Cristo compadecido,
Silencio, silencio, dejemos que los verbos hablen,
Que vivan el éxtasis de un claro mañana.
Silencio, que en su dolor secreto nació un infinito soneto,
Un canto intimo, venerable e inolvidable.
Silencio, silencio, que la poeta viene por la senda,
Metabolizando sus pesares con los acordes de esperanzas,
Silencio, Silencio, que así arrecia la pena en la ausencia.


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