Las historias más tarde se arman,
Ceden para grabarse sin los silencios,
Ya no duermen entre el polvo del antaño
Temblorosas como melodía oculta, inconclusa.
La historia abraza sin olvido al hombre
Se arma cuan enigma en cuatro paredes,
Entre los crujidos de dedos nerviosos,
Se desentraña, se piensa y manipula,
Su fin es someter al servil en una mentira.
Bajo cuantas mascaras desnudaron a tantos,
Torcidamente abrieron el aliento de bocas moribundas
Mordieron y cegaron las miradas entre los espantos
ensombreciendo sus ideales con siembras de terror,
Acallaron cimientes los hombres viles,
Si imaginar que el viento traería de nuevo
El eco ensordecedor de tumbas anónimas ,
Aún lloran los ángeles bajo capas de dolores
Denuncian al que enmudeció con su bala
La cultura, la paz y el perdón.
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